El futuro sacerdote de Jesucristo vino al mundo en la casa "Borat" de La Pobla de Segur, el día 31 de julio de 1866, fiesta de San Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas y el autor de los ejercicios espirituales. Ingresó a nuestro seminario donde cursó los estudios eclesiásticos. En el año 1897 se licenció en teología en el seminario metropolitano de Valencia y el 21 de diciembre de 1899 por el ministerio del Obispo diocesano, el futuro cardenal Casañas, fue promovido al sagrado oficio de presbítero.
Hombre de grandes valores humanos, intelectuales, cristianos y sacerdotales, el mismo año en que fue ordenado presbítero era ya prefecto de colegiales en el seminario menor y en el año siguiente fue nombrado prefecto del seminario mayor y profesor de filosofía. Desde el año 1900 a 1903 estudió en la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma donde se doctoró en Sagrada Teología y se licenció en derecho canónico. De regreso de Roma, fue nombrado vicario de Areny.
Ejerció el oficio de administrador de Montroig. Con licencias del prelado urgelitano, en el año 1910 pasó a vivir a Perpiñan. En el año 1912 fue nombrado administrador de Planoles y en el año 1915 fue nombrado párroco de Vilanova de l'Aguda. Al 1922 llegó a Tiurana como párroco donde permaneció hasta el año 1934 en que se retiró por motivos de salud. En el mes de enero moría el párroco de El Poal, Mn. Pere Saurat Campi, y Mn. Castells fue nombrado administrador de dicha parroquia en el mes de marzo de aquel mismo año.
La gente de El Poal, recuerda aun hoy con mucho afecto a Mn. Francesc Castells. Lo consideran un hombre profundamente equilibrado, dedicado a su ministerio sacerdotal y de una profunda piedad y formación intelectual. Apolítico totalmente, tienen la certeza moral que fue inmolado por odio a la fe y a su condición sacerdotal y no dudan en afirmar que aquel que fue su padre y pastor sufrió persecución y martirio. Todos los testigos coinciden que fue detenido por el comité local de Linyola y trasladado a dicha población donde fue torturado moral y físicamente. Mn. Juli Saurat, administrador que fue de Linyola, en su informe del 29 de agosto de 1939 relativo a Mn. Francesc, dijo textualmente: "También estuvo unos días detenido en la cárcel de este pueblo el Rdo. Dr. Dn. Francesc Castells, cura administrador de El Poal, quien, según confesión del mencionado Rdo. Pallerola, fue víctima de un trato sumamente indigno e inhumano, maltratándole repetidas veces de palabra y obra, descargando sobre él puñetazos, bofetadas, culatazos de fusil, llegando a desnudarlo y darle de palos, todo lo cual lo sufrió con mucha resignación y caridad cristiana. Se intentó hacerle blasfemar, cosa que no pudieron conseguir ni con amenazas ni con promesas".
Vale la pena poner de manifiesto el testimonio de la Sra. María Pilar Rius Blanco. Hoy, como en aquel momento, vive en La Pobla de Segur.
Mn. Francesc Castells era hijo adoptivo de su familia y era considerado como un hermano de su abuela Pilar. Recuerda que, a finales de julio de 1936 una llamada telefónica del comité local de La Pobla de Segur les comunicaba que el siervo de Dios se encontraba detenido por el comité local de Linyola. Querían saber si sus familiares se hacían responsables de la persona de Mn. Francesc. Dieron la cara por aquel que consideraban de su propia familia y que en no pocas ocasiones les había ayudado. Los hermanos Rius Areny se desplazaron a Linyola a recoger a nuestro biografiado. Lo acogieron humana y cristianamente en su hogar de La Pobla de Segur, que era también la de Mn. Francesc. La Sra. María Pilar Rius recuerda perfectamente que el hoy beato, Francesc Castells, presentaba un aspecto desolador. Había sufrido sevicias físicas y morales y hasta el día 13 de agosto, precisamente el día que fue vilmente inmolado, no se pudo poner los calcetines porque tenía los pies inflamados. La Sra. María Pilar Rius recuerda perfectamente aquel lejano 13 de agosto de 1936. Eran aproximadamente las 10 de la mañana. Se presentaron unos milicianos preguntando por Mn. Francesc. Se entrega sin resistencia. Dijeron que tenía que acompañarlos a Lérida a declarar. Las palabras de los asesinos nada tenían que ver con sus pérfidas intenciones. Todo estaba decidido. Ya la sentencia había sido dictada. Mn. Francesc y sus seis compañeros sacerdotes tenían que ser fusilados en el cementerio de La Pobla de Segur. Pero como los seguía un grupo considerable de gente, decidieron llevar a cabo su vil propósito en el cementerio de Salàs de Pallars. No querían testigos. Pero, ya que Dios bendice la bondad y la fidelidad, quería que aquel nuevo Viernes Santo tuviera otros testigos además de los propios verdugos. Gente de la población de Salàs de Pallars y algunos venidos de La Pobla de Segur presenciaron la culminación del sacrificio comenzado unas horas antes, y en el caso de Mn. Francesc Castells, de Mn. Pere Martret y de Mn. Silvestre Arnau, unos días antes. Inmediatamente llegó a La Pobla de Segur. El pánico y la consternación se apoderaron de la mayoría de los pueblerinos.
Sin juicio previo, sin ningún tipo de sumario, Mn. Francesc Castells Brenuy fue sacrificado a ejemplo de Jesús, el único sacerdote de la nueva alianza.
Exercí l'ofici d'ecònom de Montroig. Amb llicències del Prelat Urgel•lità, l'any 1910 passà a viure a Perpignan. L'any 1912 fou nomenat Ecònom de Planoles i l'any 1915 Rector de Vilanova de l'Aguda. Al 1922 entrà com a Rector de Tiurana on va romandre fins l'any 1934 en què es retirà per motius de salut. Pel gener de 1935 moria el rector del Poal, mossèn Pere Saurat Campi, i mossèn Castells en fou nomenat Ecònom el març d'aquell mateix any.
La gent del Poal recorden avui encara amb molt afecte a Mn. Francesc Castells. El consideren un home profundament equilibrat, dedicat al seu ministeri sacerdotal i d'una profunda pietat i formació intel•lectual. Apolític totalment, tenen la certesa moral que fou immolat per odi a la fe i a la seva condició sacerdotal i no dubten en afirmar que aquell que fou el seu pare i Pastor sofrí persecució i martiri. Tots els testimonis coincideixen que fou detingut pel Comitè local de Linyola i traslladat a dita població on fou torturat moral i físicament. Mossèn Juli Saurat, ecònom que fou de Linyola, en el seu informe de 29 d'agost de 1939 relatiu a mossèn Francesc, diu textualment: "También estuvo unos días detenido en la cárcel de este pueblo el Rdo. Dr. Dn. Francisco Castells, Cura Ecónomo de Poal, quien, según confesión del mencionado Rdo. Pallerola, fue víctima de un trato sumamente indigno e inhumano, maltratándole repetidas veces de palabra y obra, descargando sobre él puñetazos, bofetadas, culatazos de fusil, llegando a desnudarlo y darle de palos, todo lo cual lo sufrió con mucha resignación y caridad cristiana. Se intentó hacerle blasfemar, cosa que no pudieron conseguir ni con amenazas ni con promesas."
Val la pena posar de manifest el testimoni de la Sra. Maria Pilar Rius Blanco. Avui, com en aquell moment, viu a la Pobla de Segur.
Mossèn Francesc Castells era fill adoptiu de la seva família i era considerat com un germà de la seva àvia Pilar. Recorda que, a finals de juliol de 1936 una trucada telefònica del Comitè local de la Pobla de Segur els comunicava que el servent de Déu es trobava detingut pel Comitè local de Linyola. Volien saber si els seus familiars es feien responsables de la persona de Mn. Francesc. Donaren la cara per aquell que consideraven de la seva pròpia família i que en no poques ocasions els havia ajudat. Els germans Rius Areny es desplaçaren fins a Linyola a recollir al nostre biografiat. L'acolliren humana i cristianament a la seva llar de la <Pobla de Segur, que n'era també la de mossèn Francesc. La Sra. Maria Pilar Rius recorda perfectament que el avui Beat, Francesc Castells, presentava un aspecte desolador. Havia sofert sevícies físiques i morals i fins el dia 13 d'agost, precisament el dia que fou vilment immolat, no es pogué posar els mitjons perquè tenia els peus inflats. La Sra. Maria Pilar Rius recorda perfectament aquell llunyà 13 d'agost de 1936. Eren aproximadament les 10 del matí. Es presentaren uns milicians preguntant per Mn. Francesc. S'entrega sense resistència. Digueren que havia d'acompanyar-los a Lleida a declarar. Les paraules dels assassins res tenien a veure amb les seves pèrfides intencions. Tot estava decidit. De bell antuvi la sentència havia estat dictada. Mn. Francesc i els seus sis companys sacerdots havien de ser afusellats al cementiri de la Pobla de Segur. Però, com sigui que els seguia un grup considerable de gent, decidiren dur a terme el seu vil propòsit al cementiri de Salàs de Pallars. No volien testimonis. Però, ja que Déu beneeix la bondat i la fidelitat, volia que aquell nou Divendres Sant tingués altres testimonis més que els propis botxins. Gent de la població de Salàs de Pallars i alguns vinguts de la Pobla de Segur presenciaren la culminació del sacrifici començat unes hores abans, i en el cas de mossèn Francesc Castells, de mossèn Pere Martret i de mossèn Silvestre Arnau, uns dies abans. Tot seguit la notícia arribà a la Pobla de Segur. El pànic i la consternació s'apoderaren de la majoria dels pobletans.
Sense judici previ, sense cap tipus de sumaríssim, mossèn Francesc Castells Brenuy fou sacrificat exemple de Jesús l'únic sacerdot de la nova Aliança.