XII Cátedra de Pensamiento Cristiano: Liderazgo ético. Ejemplaridad pública

El Arzobispo de Urgell y Copríncipe, Mons. Joan-Enric Vives, presidió a las diez y media de la mañana en el Centre Cultural i de Congressos Lauredià el acto inaugural de la duodécima edición de la Cátedra de Pensamiento Cristiano del Obispado de Urgell, que este año se ha centrado en el tema "Liderazgo ético. Ejemplaridad pública". Mons. Vives estaba acompañado en la mesa presidencial por la Cónsul Mayor de Sant Julià de Lòria, Montserrat Gil, y por los ponentes invitados: el Dr. Àngel Castiñeira, Director de la Cátedra de Liderazgos y Gobernanza Democrática de ESADE (URL); la Dra. Camino Cañón, Catedrática de Lógica Matemática de la Universidad Pontificia de Comillas y Presidenta del Foro de Laicos de España; y el Dr. Francesc Torralba, Director de la Cátedra de Pensamiento Cristiano del Obispado de Urgell y profesor de la Universidad Ramon Llull.
En el Auditorio, además de los cerca de ciento cincuenta inscritos en la Cátedra, estaban presentes diferentes personalidades de la sociedad andorrana, entre los que el Jefe del Gobierno de Andorra, Antoni Martí, y la Ministra de Salud, Asuntos Sociales y empleo, Rosa Ferrer.
La Cónsul laurediana dio la bienvenida a los ponentes y participantes y, a continuación, el Arzobispo Joan-Enric, después del saludo inicial y de dedicar unas palabras de agradecimiento a la Parroquia de Sant Julià por la acogida que presta a la Cátedra de Pensamiento Cristiano desde un buen principio, introdujo el tema a debate en la edición de este año; un debate que, más allá de su importancia intrínseca (dado que todo proyecto colectivo requiere de un liderazgo eficiente y responsable para llegar a buen puerto), en los últimos años, y especialmente desde el comienzo de la crisis económica y de valores que aún padecemos actualmente, ha ido ganando peso en el conjunto de la ciudadanía por la pérdida de confianza en un buen número de instituciones públicas a consecuencia de actitudes poco ejemplares, en el mejor de los casos, o manifiestamente contrarias a los principios éticos más básicos.
Sin embargo, la crisis de credibilidad que sufren algunas instituciones no es una casualidad ni un hecho aislado. Son síntomas de que hay que profundizar más en la ética pública y en la necesidad de una ejemplaridad en la vida social. La complejidad del mundo presente requiere liderazgos ejemplares y con autoridad; liderazgos que se inspiren en principios y articulen a través de virtudes, y que tengan capacidad de entusiasmar y sumar complicidades en la gran tarea de construir un mundo mejor.
Los cristianos estamos llamados a comprometernos en la construcción de una sociedad mejor, a salir de la propia burbuja para construir instituciones justas y libres. Por ello, es necesario que aprendamos las claves de un buen liderazgo para convertirse en la comunidad abierta y creativa que estamos llamados a ser en el viejo continente.
Terminado el acto inaugural, el primero en intervenir fue el Dr. Castiñeira, que desarrolló la ponencia "Las exigencias de un liderazgo ético en un universo en transformación". Partiendo de la premisa de que la riqueza de las naciones depende hoy también de su riqueza ética, Castiñeira hizo referencia a algunos de los aspectos que han marcado la actualidad social, económica y política de los últimos años en España y que configuran, a su entender , la "coyuntura crítica" en el que nos encontramos para compartir después la reflexión que hay coyunturas críticas que pueden favorecer cambios institucionales profundos. Los periodos de crisis, añadió, se pueden aprovechar para repensar de arriba abajo la función de nuestras instituciones y de la administración pública, aumentando su capacidad de gestión, la solidez institucional y la generación de valor a los ciudadanos en términos de eficiencia, honestidad, productividad, transparencia y rendición de cuentas. Sin embargo, advirtió Castiñeira, no basta con querer cambiar la situación sino que hace falta que al poder de la integridad y la voluntad se sume el poder del talento y la capacidad. Si queremos aspirar a un modelo institucional libre, inclusivo y generador de prosperidad para todos tendremos que aprender a combinar decisión, elección democrática y selección ética.
A continuación intervino la Dra. Camino Cañón, que habló de "La ejemplaridad pública. De los principios a las virtudes". Empezó poniendo en contexto el tiempo histórico en el que vivimos y precisando qué quiere decir con la expresión "ejemplaridad pública", y se refirió a continuación a algunas virtudes públicas que deberían ser consustanciales a los sistemas democráticos modernos, como la veracidad, la solidaridad y la compasión, la resiliencia y la capacidad de convivir en una sociedad plural y pluralista, para concluir que la ejemplaridad pública nos reclama sujetos colectivos, sujetos sociales, que pongan de manifiesto que con el cultivo de las virtudes mencionadas se contribuye a generar maneras de vivir más humanas, las cuales posibilitan que en su seno se desarrollen personas merecedoras del grado elevado de respeto que reservamos para las personas ejemplares.
Después de las conferencias del Dr. Àngel Castiñeira y de la Dra. Camino Cañón en la sesión de la mañana, por la tarde fue el Dr. Torralba el encargado de completar la presente edición de la Cátedra de Pensamiento Cristiano y lo hizo con una ponencia titulada "El liderazgo espiritual. Tres casos bajo la lupa".
Empezó su intervención haciendo una aproximación al sentido de la expresión "liderazgo espiritual", más propia de la tradición cultural anglosajona que de la nuestra, según explicó. En la medida en que la capacidad de liderar se puede entender como la capacidad de conducir un colectivo de personas hacia un horizonte determinado, al hablar de liderazgo estamos presuponiendo, en primer lugar, una visión: la del lugar, real o conceptual, que justifica precisamente la función del líder; y, en segundo término, liderazgo presupone también la capacidad de persuadir a los miembros, las personas, del colectivo que se quiere conducir hacia el horizonte mencionado, a pesar de saber que sólo nos podremos acercar de manera asintótica. Teniendo presente este punto de partida, la expresión "liderazgo espiritual" se podría aplicar, en primer lugar, a las personas que gobiernan las instituciones religiosas; en segundo lugar, puede significar aquellas personas que, obedeciendo una llamada interior, se convierten en fundadores de órdenes o congregaciones; pero también, en tercer lugar, la podemos aplicar a aquellas personas que, fuera del ámbito eclesial, han sido capaces de poner en marcha movimientos sociales que han transformado su tiempo y su mundo contra toda oposición. Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela son ejemplos de esta tercera categoría, y son los que eligió el ponente para examinar cuáles son los rasgos comunes que han hecho de este líderes tres referentes universal que forman parte hoy en día del imaginario colectivo de todos los pueblos del mundo.
Un primer rasgo es que los tres partieron de una visión difícil, de un horizonte poco probable, que algunos calificarían como utópico en su sentido etimológico: "fuera de lugar". En segundo lugar, los tres tuvieron una extraordinaria capacidad persuasiva, no tanto por poseer unas dotes oratorias excepcionales, sino sobre todo por una manera de actuar que los convirtió en ejemplares a los ojos de la sociedad. También compartieron una gran capacidad de sacrificio, de renuncia, hasta el punto de perder la libertad durante muchos años, como en el caso de Mandela, o de acabar asesinados, como fue el caso de Gandhi y Luther King.
Otro rasgo común a sus liderazgos es la actitud de enfrentamiento a una legalidad que consideraban injusta. No se trata tanto de una actitud transgresora de la ley, que también lo fue, sino de una actitud que trasciende la legalidad para alcanzar el horizonte de justicia que se habían fijado. Esta actitud implica mantener un sistema de valores (o de convicciones, si se prefiere decir así) muy sólido, explicó el ponente.
Y aunque se pueden destacar otros dos rasgos comunes a estos tres líderes históricos: por un lado, la renuncia al "yo" en favor del "nosotros"; ninguno de ellos, a pesar de tener conciencia del propio valor, no cayó en el error de creerse indispensable, y, por tanto, no se atribuyeron un mérito personal por el camino recorrido, sino que reconocieron el mérito en el esfuerzo de toda la colectividad que los acompañó hasta alcanzar las metas que perseguían. Y, por último, una irrenunciable vocación de perdón y de reconciliación, a pesar de los tres tenían fuerza motivos para avivar el resentimiento.
Finalizada la intervención del Dr. Torralba, el Arzobispo Joan-Enric cerró la jornada agradeciendo a los ponentes el alto nivel de sus aportaciones, tanto por los contenidos como por la manera tan pedagógica en que los presentaron, y compartió, como reflexión final, que todos podemos ser referentes, y de hecho lo somos en un momento u otro, por lo menos en nuestro entorno más inmediato y doméstico, pero probablemente no todos estamos llamados a ser líderes. Sin embargo, como dijo Pablo VI, "hoy el mundo no escucha a los maestros, sino a los testigos; y si acaso escucha a los maestros es porque también son testigos", recordó Mons. Vives. Y concluyó: "a veces Dios nos puede poner en la situación de tener que asumir el papel de líderes, aunque nos parezca que no tenemos las cualidades para serlo. Hagámonos disponibles!".